jueves, 13 de febrero de 2020

LA SOLEDAD, COMPAÑERA DE CAMINO

¿Sábeis que es la soledad? ¿Sábeis qué es estar sentado en una acera, en un portal esperando que alguien me mire, me salude, se pare a hablar conmigo?

Seguro que todos nosotros hemos experimentado en algún momento de nuestra vida ese sentimiento, la soledad. Sentirse uno abandonado, solo en todo el sentido de su palabra, me recuerda las palabras de Jesús en la Cruz: "Dios mio, Dios mio, ¿porqué me has abnadonado?". Un grito desgarrador, esperando que alguien venga a darme su mano.

Estar sentado en una acera, sin importarle a nadie, fue el sentimiento que puede volver a vivir, una vez más cuando me encontré con S. (no utilizaré nombres completos, respetando la intimidad de las personas). Una tarde de este semana, no es importante el día, me acordé de que hacía días que no nos veíamos y pase a verle, por la acera donde está todas las tardes. Así que me vio, me sonrío, ¿Sábeis que supuso para mi esto? Sin decir palabras, me estaba haciendo ver: "ya no estoy solo", "has venido a verme", "gracias"... Esto para mi supuso muchísimo: "S. estaba esperándome, se siente bien de que me haya acordado de el"...

Sus primeras palabras fueron "¡qué pronto que has venido hoy!". Después ya no paro de hablar. Y si en algún momento lo hacía permanecíamos en silencio o le intentaba hablar de temas que creía que para el podían ser interesantes. Eso sí, siguiendo las líneas del fundamento del Proyecto Bartimeo, sin juzgarle, sin proponerle lo que tiene que hacer con su vida... Respetando sus ideas y proyectos. Si proyectos, aunque muchas de estas personas que viven en la calle ya ni se acuerdan lo que es eso, porque su motivación esta bajo cero.

En oposición de esta actitud de escucha, esta la frase que leía hace unos años que decía algo así como "cuando escuchamos, estamos pensando que vamos a responder". Pero muchas veces las personas no necesitamos respuestas, simplemente que nos escuchen, que nos entiendan...

Ayer hablé con R., polaco que lleva muy poco tiempo en España. Anteriormente había estado trabajando en Francia de pintor... Y ¿sabéis que? Por gestos y por un francés que aprendí en la escuela (y con el que no pude comunicarme cuando estuve en Francia) nos comunicamos... Y le hice ver que estaba allí para escucharle, porque era importante para mi.


Pero, ¿quizás esteís pensando "la soledad también es buena"? Pero una cosa es estar solo y otra la soledad. Estar solo nos ayuda a pensar, a encontrarnos con nosotros mismos y con Dios, a plantearnos retos, proyectos...

La soledad es ese mostruo que nos acecha para recordarnos falsas ideas, como que no somos nada, rindámonos porque por mucho que nos esforcemos no vamos a avanzar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario